La productividad de las empresas es importante ya que de ello depende que se tengan los mejores resultados. La productividad de los empleados es generalmente una de las preocupaciones para los empleadores, sin embargo una menor productividad no puede atribuirse en su totalidad a los empleados. Hay que entender que mucho de esto tiene que ver con el medio ambiente en el que se trabaja, así como a las condiciones de empleo y una serie de factores que definen la cultura del trabajo.
Los empleadores tienen que aplicar los cambios en su configuración para mejorar la productividad de su fuerza laboral. El talento de los empleados es un activo valioso para toda empresa u organización, por lo que debe ser aprovechado al máximo para mantener a los empleados motivados de tal manera que realicen y entreguen los mejores resultados para los que están calificados. Los empleadores a menudo creen que una vez que han reclutado a los mejores talentos en su área, los resultados se darán por sí solo. Esto no es necesariamente cierto ya que se tiene que comprobar realmente que ese talento se está poniendo en práctica.
Algunos factores que ayudan a mejorar la productividad de las empresas comienzan con la rendición de cuentas, es decir, cada empleado tiene que ser consciente de que él es el responsable de sus acciones y de sus decisiones y que no pueda pasar la culpa a otras personas por sus errores. En este sentido se recomienda tomar decisiones prudentes en lugar de imprudentes, además de no aprovecharse de la posición o la relación con los superiores que se tenga.
También es importante dar seguimiento a cada objetivo planteado por la empresa de tal manera que se determine si el progreso que se ha hecho es suficiente o no. En caso de no serlo se tienen que tomar medidas preventivas antes de que sea demasiado tarde para corregir los errores. Aquí mismo se tiene que aprovechar la oportunidad para mantener a los empleados por el rumbo correcto asegurándose de que existe un esfuerzo constante durante todo el ciclo de vida del proyecto.
No olvidar tampoco gestionar la fuerza de trabajo ya que es bien sabido que un gran número de empleados requieren de ser gestionados, proporcionarles orientación y la atención adecuada. Esto también tiene que ser un aspecto de confianza, dar la libertad de operar en su estilo y adoptar las medidas que ellos piensan son las más adecuadas para entregar los mejores resultados.
El empleador también tiene que asegurarse de siempre tener palabras de aliento para su personal, fomentar les ayuda a seguir adelante y hacerlo de mejor forma, además de que al mismo tiempo se tiene un trabajador feliz. Recompensar el arduo trabajo también les hace seguir trabajando de la misma manera, sin embargo si el empleado siente que su trabajo no es valorado ni apreciado en términos materiales o palabras, entonces su producción puede venirse abajo eventualmente. De ahí que una de las piezas fundamentales en la mejora de la productividad de las empresas sea la relación con los empleados.