Antes de adentrarnos en la mentalidad agile, queremos que entiendas bien esta metodología, por lo que pasamos a explicártela. Esta se trata de un proceso mental en el que hay que aprender, comprender, colaborar, además de ser flexible para poder alcanzar buenos resultados con un alto rendimiento.
Si aplicas esta mentalidad conseguirás que los miembros de cada equipo se adapten al cambio, pero para ello, es de gran importancia, que estos entiendan bien la mentalidad agile desde un principio, y la adopten en el trabajo. Una vez que la entiendan, es decir, el por qué y el cómo de esta metodología, la irán llevando a cabo según las necesidades de cada equipo.
Por otro lado, es cierto que los cambios son difíciles (en especial en proyectos complicados) y que nos tenemos que adaptar a ellos, haciéndose en ocasiones pesados e incluso puede ser una perdida de tiempo y por consiguiente no valer la pena. Según los estudios, de un 60 a un 80% de los fracasos en los proyectos, se deben a un mal análisis y gestión de cambios. La mentalidad ágil es la solución perfecta para estos casos, ya que enseña a aceptar el cambio en lugar de evitarlo a toda costa, como sucede en un gran número de empresas.
La mentalidad agile persigue, también, que a través de la concesión de un mayor poder a los empleados, estos den lo mejor de ellos, siendo más productivos, y es que tener una mentalidad fuerte, ayuda a tener libertad, creatividad, autonomía y a innovar, logrando que el equipo funcione bien.
Los pilares de la mentalidad agile
Tenemos que tener claro que la mentalidad agile es ideal para aquellos entornos de trabajo en los que hay que adaptarse continuamente y con rapidez a lo que piden los clientes, además de a un mercado que no para de cambiar.
Como toda metodología, esta lleva su tiempo de implantación, pero para hacerla más rápido, hay que saber que los valores de esta mentalidad, como hemos comentado anteriormente, son el cambio de una forma ágil y la flexibilidad y que, además, cuenta con cuatro pilares que hacen que este proceso sea más fluido.
Respeto a todos los miembros del equipo
Lo primero que hay que tener en cuenta es que los miembros del equipo son imprescindibles para el éxito de una empresa. Si los integrantes trabajan en la misma dirección, todos los trabajadores estarán unidos por una visión y objetivo común. También es cierto, que si se les trata con respeto, querrán hacer las cosas con mayor motivación y, por tanto, entregarán resultados continuos y valiosos. Hay que fomentar, sin lugar a dudas, tanto el respecto como la seguridad en uno mismo, ya que así los equipos se harán más fuertes y les será más sencillo, alcanzar una mentalidad ágil.
Integrantes de los equipos
Los integrantes de los equipos de trabajo tienen que sentirse seguros para asumir riesgos y ser vulnerables delante al resto. Tiene que ser un espacio de trabajo positivo y cómodo, en el que todos sus miembros se sientan valorados e involucrados en todo el proceso.
Así mismo, los responsables tienen que predicar con el ejemplo y hacer ver a los empleados que estos hablan de “nosotros” y no de “yo” y es que el respeto mutuo es muy importante si se quiere crear una verdadera mentalidad agile, así como la colaboración entre todos los integrantes del equipo, admitir los errores que se hayan podido causar y fomentar la mejora, contribuye a crear un método eficiente. Y es que con la mentalidad ágil, todos trabajan y contribuyen por igual
Flujo de trabajo optimizado y sostenible
Con la mentalidad agile la calidad está asegurada, ya que lograras maximizar el valor de los equipos y minimizar el desperdicio. Es más sencillo resolver un problema en el momento que surge que al final de todo el proceso.
Esta metodología ayuda a evitar retrasos y a detectar estos problemas en las fases iniciales, para solucionarlo desde el primer momento. De esta forma, los equipos actuarán de forma más eficiente, gracias a respuestas uniformes y feedbacks rápidos, que evitan retrasos y poder llevar a cabo los justes pertinentes. Hay que conseguir que el flujo de trabajo esté optimizado y sea sostenible.
Fomentar la innovación
La innovación es otro de los puntos fuertes que todo equipo con mentalidad ágil debe tener.
Hay que lograr que entre sus miembros, haya feedbacks constructivos, puntos de vista distintos, nuevas ideas…lo cual proporcionara una vía de experimentación dentro de la empresa.
Otro de los beneficios de esta metodología es la autonomía que aporta a los miembros de los equipos. Cuando se les da libertad a las personas de buscar soluciones nuevas y más eficientes es cuando se avanza, cuando realmente, se está innovando. Hay que dar espacio y tiempo para que tu equipo pueda pensar y alimentar su creatividad.
La mejora constante
La mentalidad agile se debe fomentar continuamente, esforzándose los equipos en mejorar y optimizar el proceso, así como reflexionar y resolver los problemas que puedan surgir, pero además deben implementar retrospectivas para de este modo mejorar los procesos futuros.
Para llevar a cabo esta metodología, los equipos tiene que reunirse con regularidad para estar siempre al día y así poder hacer los ajustes que se necesiten y asegurarse de que todos estén trabajando en la misma dirección con una mentalidad ágil.
Verás como la entrega continua dará buenos resultados, siempre que los feedbacks y las mejoras del equipo se incorporen al proceso en curso. De esta forma se completa el ciclo de la mentalidad ágil y se irán creando acciones para mejorar los resultados.
Hay que centrarse en la mejora continua, pero sabiendo identificar cuál es el origen del problema y obtener de inmediato diferentes soluciones.
Seguro que ahora que ya has entendido en que cosiste y conoces sus principios, te estarás preguntando, pero…¿cómo puedo desarrollar esta mentalidad en mi empresa? Sigue leyendo que te lo explicamos.
¿Cómo desarrollar la mentalidad agile?
Para desarrollar la mentalidad agile es importante tener claro que esta no es solo una metodología, sino una forma de pesar que debe tener toda la empresa. Nosotros te proponemos pasar de “hacer agile”, a serlo. Lo primero, se puede aprender sin problema, pero lo segundo ya es más complicado, se trata de, como hemos comentado anteriormente, que esta mentalidad esté en la cultura de la organización.
Mentalización
Hay que mentalizarse de que siempre que los valores de las personas encajan con los de las empresas en las que trabajan, estas están más satisfechas, comprometidas y por supuesto, permanecen por más tiempo en ella. Y es que aunque nunca lo hayas pensado, el desajuste cultural es una de las causas de la rotación de empleados, ya que provoca un aumento de la rotación no deseada, un descenso del compromiso, un mayor estrés de los empleados y también un mayor absentismo.
Los cambios y la transformación digital
Por otro lado, si queremos que nuestra empresa esté abierta al cambio, a la transformación digital, a la metodología agil…es necesario el cambio y refuerzo de los valores ágiles para así sustituir a aquellos de seguridad, estabilidad y conservación. Este cambio es complicado y se necesita tiempo, ya que las personas en todos los niveles de la empresa, tienen que adaptarse a él. Hay que cambiar tanto el pensamiento como comportamiento de las personas y eso lleva tiempo y esfuerzo y aún más, en grupos de personas donde hay estructuras, procesos…
La dificultad también está en cambiar parte del ADN de la empresa, pero esto es clave si se quiere llevar a cabo una transformación digital. Por esta razón, se necesita un aprendizaje para que las personas asuman estos nuevos valores de la metodología agile y adopten nuevos comportamientos que vayan en línea con esos valores.
Talenmo, talento en movimiento
Nosotros te recomendamos dar el salto y pasar a la agilidad, pues a día de hoy es la mejor opción para seguir compitiendo en este mundo de negocios cada vez más incierto. Así es que únete al reto y empieza a desarrollar una mentalidad agile, cambia la mentalidad de tu empresa y de todo tu equipo, nosotros te ayudamos, verás como funciona mejor todo.
Poder en las organizaciones agiles
Hoy en día destaca un buen número de empresas que cuentan con una gran falta de agilidad y orientación hacia el cliente, indispensable en el momento en el que nos encontramos, donde el mercado es cada vez más cambiante y dinámico y aquellas empresas que no reaccionan a tiempo o se adaptan a los cambios, desaparecen.
De aquí la importancia que cobra en la actualidad la digitalización y las organizaciones ágiles, dos elementos inseparables que no pueden faltar en ninguna empresa. Ahora, más que nunca, la agilidad se ha convertido en una de las características principales que toda empresa debe tener en cuenta, ya que estamos inmersos en la generación del “one click”, de la velocidad y de la poca paciencia, por lo que todo lo que no sucede en el momento, lo vemos lento.
Acciones
Si queremos organizaciones ágiles, es conveniente llevar a cabo de las siguientes acciones que pasamos a explicarte:
- Formar a los miembros de los equipos en los nuevos modelos de análisis y relación.
- Desarrollar la metodología “agile” con seriedad, como lo que es, un elemento de estrategia y transformación y no, como algo que está de moda.
- Descentralizar la toma de decisiones aproximándola al cliente.
- Simplificar la estructura de la empresa, suprimiendo la burocracia y promoviendo no solo la colaboración, sino también la gestión transversal, logrando así eliminar los silos organizativos.
- Escuchar a los clientes para saber de primera mano que es lo que desean y entender sus cambios de comportamiento.
- Invertir en recursos y tecnología para maximizar el conocimiento de los clientes.
Dimensiones
Así mismo, existen tres dimensiones que resultan verdaderamente útiles de aplicar en las empresas para que se vuelvan organizaciones ágiles:
- Dimensión táctica: gestionar de manera eficaz todas las áreas de la empresa: el capital, el talento, los recursos…
- Dimensión estratégica: esta consiste en detectar y cuantificar, antes que tus competidores, las oportunidades de innovación que hay en el mercado.
- Dimensión operacional: tomar decisiones de manera rápida y efectiva.
También es cierto que la digitalización es un gran aliada de la agilidad y que gracias a tecnologias como el big data, te permiten gestionar de forma masiva la infomacion, ademas de tomar decisiones con mayor velocidad. Por otra parte, existen otras tecnologias como: Cloud, que ayudan aportando velocidad, eficiencia y movilidad; la inteligencia emocional tan sonada hoy en dia, con la cual conseguimos promover la automatizacion de los proyectos y la personalizacion; el blockchain, con el que se evitan los intermediarios y se logra una mayor confianza entre las partes; el lot, que facilita toda la gestion de la actividades y de su entorno.
Y es que hoy en dia una de las grandes diferencias que existen entre las empresas tradicionales y las organizaciones ágiles, es la velocidad con la que se realizan las cosas, motivo por el cual, toda empresa busca la agilidad como elemento esencial en todas sus vertientes, no solo con los proveedores o clientes, sino tambien a la hora de tomar decisiones.
Con respecto al poder, este se suele relacionar con la imposición de una voluntad sobre la voluntad de otros, aunque en las organizaciones ágiles, este concepto cambia. Aquí se consigue que las personas hagan las cosas porque quieren, no por obligación, es decir, por voluntad propia, ya que se les hace entender la necesidad del porqué hay que hacerlo. Se trata de lograr mover las voluntades de las personas a través de la influencia y la convicción, haciéndoles ver que la acción que se propone realizar es positiva a corto o a largo plazo para todas las partes involucradas, pero para esto se necesita un poder distinto al que estamos habituados.
En la actualidad, el verdadero poder que cuenta, es aquel que consigue mover la voluntad de las personas en alguna dirección y eso es lo que tenemos que conseguir también dentro de las empresas.
¿Cómo conseguir poder en las organizaciones ágiles?
Las cosas empiezan a cambiar, ahora con las organizaciones ágiles pasarás de escuchar lo típico de: hay que hacerlo porque el jefe lo dice o porque la empresa lo necesita; a: confiamos en ti para lograr tal resultado y te damos este presupuesto, este equipo y… tal fecha para que lo logres, ya…como conseguirlo…es que te las apañes.
En la actualidad nos encontramos en un momento de trasvase, no solo de poder, sino también de responsabilidad, donde cada uno se puede decir que es su propio jefe y sobre el que recaen tantas cosas. Hemos pasado de tener un jefe a serlo, por lo que es un cambio importante al que hay que habituarse, ya que antes este delimitaba tu área de responsabilidad y ahora depende de ti.
Con esta nueva metodología, ¿qué ocurre?, que el yo cobra tanto poder que es como una obligación, que tengas que poder asumir toda la responsabilidad. Pero…¿qué sucede si uno no puede?, nos culparemos, llegaremos a trabajar más para poder conseguir el objetivo al que hay que llegar, nos sobreexigiremos…, en definitiva, podremos llegar a ser, peor con nosotros que nuestros jefes. Hay que estar atentos y no exagerar demasiado, ya que sino puede ser igual solo que ahora te lo exiges tu y antes te lo imponía la jerarquía.
En las organizaciones ágiles para que todo lo comentado hasta entonces vaya bien, se necesita que no nos exijamos tanto, ya que de este modo, se pierde la capacidad de disfrutar y de conectar con los demás y con nuestras propias emociones.
Agradecimientos
Siempre es un placer poder contar con profesionales como The Lean Expert para saber más sobre Agile y Lean Management